viernes, 29 de marzo de 2013

"Violeta se fue a los cielos" en cines de Estados Unidos




Escrito por Eva Font
NUEVA YORK. AP. El público estadounidense tendrá ocasión de conocer la intensa vida y facetas artísticas menos sabidas de la cantautora chilena Violeta Parra a partir del viernes, cuando "Violeta se fue a los cielos" se estrena en salas de comerciales de Nueva York.

La cinta del realizador chileno Andrés Wood, que el año pasado recibió el gran premio internacional en el Festival de Cine de Sundance, se exhibirá en las salas Lincoln Plaza y Quad y también se proyectará en los próximos días en otros cines del país, en ciudades como Los Angeles, Chicago y Houston.

"Que las películas crucen la frontera es un privilegio y un honor particularmente en Nueva York, donde yo estudié", dijo Wood a The Associated Press el jueves por la noche, durante una presentación especial del filme ante un público reducido en el edificio del New York Times.

Wood cursó economía en su natal Santiago de Chile y luego cine en Nueva York. Sus créditos también incluyen, entre otras, "Machuca" (2004) y la ganadora del Goya a la mejor película hispanoamericana "La buena vida" (2008).

Sin seguir una cronología lineal "Violeta se fue a los cielos" (2011), premiada también en festivales de cine como el de Guadalajara, narra la vida de la artista nacida en el seno de una familia pobre que acabó convirtiéndose en todo un símbolo como cantautora folk con canciones tan famosas como "Gracias a la vida". Abarca principalmente sus años creativos, sus viajes por Chile a principios de los 50 para grabar el repertorio folclórico de su país, su período parisino y sus amores con el antropólogo y músico suizo Gilbert Favré.

"Siento que es una película que independientemente de que conozcas o no a Violeta puedes entrar en ella porque es la película de una mujer, de muchas mujeres en una", comentó Wood.

Además, la película descubre facetas artísticas menos conocidas de Parra, como la de poeta, pintora y creadora de tapices que llegó a exhibir en el museo Louvre de París.

Sumida por una depresión fruto de una ruptura sentimental y de problemas económicos, Parra se suicidó en 1967, a los 49 años, de un tiro en la cabeza.

"Estrenamos la película hace casi dos años y ha dado vueltas por el mundo. Ha sido increíble cómo la gente la recibe; espero que acá (en Estados Unidos) sea muy bien recibida", dijo la actriz chilena Francisca Gavilán, quien da vida a Parra en la cinta y quien también participó en la presentación del filme en Nueva York.

"Yo creo que Violeta es muy universal, nos llega a todos aunque no la conozcas; es una historia que cada persona puede tener algo de esta mujer", añadió reconociendo que, aunque creció con las canciones de Parra, desconocía como la mayoría de chilenos las otras facetas de la artista.

"Que expuso en el Louvre, era un misterio", dijo Gavilán. "Es que Violeta estuvo mucho tiempo encerrada en una cajita, era como un pequeño secreto, no sé por qué. Era como son los genios".


Fuente: hoy.com.do

lunes, 25 de marzo de 2013

Chile: Mujeres y participación política


Avanzar hacia la paridad de género en el poder público y privado a través de acciones afirmativas es un tema que resulta ineludible en un país con  agenda democratizadora.

por Augusto Varas

LAS RAZONES de la baja presencia de mujeres en cargos de representación popular se encuentran en las estructuras de discriminación existentes. Para aumentar su participación política, no sólo son necesarios incentivos financieros, sino que es preciso implementar un conjunto de acciones afirmativas. Esta es la forma en que las democracias contemporáneas han materializado los principios y valores que las legitiman socialmente.

En las últimas décadas el poder se ha concentrado y centralizado en el país, consolidando una estructura elitista y marginalizante. La promesa meritocrática no ha sido ni podrá ser cumplida en las actuales condiciones, tal como se observa en el acceso a la educación superior de calidad, bloqueada por un sistema de selección que no es plenamente igualitarista. Lo mismo sucede en el espacio de la política, donde la concentración del poder deja fuera de la representación y deliberación a amplios sectores sociales, precisamente por la incapacidad del sistema para representar al conjunto de la sociedad a través de mecanismos adecuados. Igualmente, en la economía el poder se ha ido concentrando en grupos cada vez más reducidos. Y las relaciones interétnicas siguen caracterizadas por el sometimiento de los pueblos originarios.

En sociedades tan estratificadas, inmersas en fuertes procesos de cambio social, es necesario integrar la diversidad social, so pena de ir generando presiones cada vez más desintegradoras. Culturalmente, las sociedades contemporáneas son crecientemente diversas, por lo que los esfuerzos de integración deben ser cada vez más numerosos y eficientes. Pero las estructuras e instituciones políticas, sociales y económicas existentes son sexistas, elitistas, clasistas o racistas, dándose una contradicción fundamental entre la cambiante sociedad real y la institucionalizada sociedad oficial. Por ello, es necesario darle curso y espacio a la diversidad, porque la inclusividad en las instituciones y organizaciones sociales enriquece el sentido y permite cumplir cabalmente el cometido de sus propias funciones.

Ejemplo de esta convicción inclusiva lo ha dado recientemente la Unión Europea, al establecer una cuota de mujeres del 40% en puestos no ejecutivos de los consejos de administración de empresas privadas cotizadas en Bolsa. Considerando que sólo el 12% de los miembros de consejos de administración de las grandes compañías eran mujeres, que en el 97% de los casos el consejo era presidido por un hombre, y dado que se necesita al menos un 30% de presencia del colectivo a promover para que esas personas no se comporten como una minoría, la norma aprobada obligará a estas empresas a favorecer a las mujeres. Las firmas incumplidoras serán objeto de una multa o anulación del nombramiento, además de las sanciones que las legislaciones nacionales aprueben. Considerando que en Chile sólo un 2,9% de las mujeres alcanzan un puesto en los directorios de las empresas que conforman el IPSA, el sector privado también requiere de acciones afirmativas.

Avanzar hacia la paridad de género en el poder público y privado a través de acciones afirmativas es un tema que resulta ineludible en un país con  agenda democratizadora.

 Fuente: La Tercera

domingo, 24 de marzo de 2013

Comunicado de Red Musulmanas: Pechos y fatuas

Está corriendo por internet la noticia de una fatua contra una joven tunecina que mostró sus pechos en una foto de facebook como forma de reivindicación de las libertades de las mujeres.

Desde Red Musulmanas queremos manifestar, ante todo, nuestro entero apoyo a la joven y a todas las formas de protesta pacíficas contra el patriarcado, una lucha en la que nos inscribimos por completo. Las mujeres debemos recuperar la propiedad de nuestro cuerpo  ya sea para mostrarlo o para cubrirlo en un ejercicio irrenunciable de recuperación de nuestra matria potestad.

Con este comunicado queremos aclarar cuál es el contenido de la noticia y qué es una fatua. En el islam no hay jerarquías religiosas, no hay cabezas visibles que ordenen y manden. Ante sucesos novedosos, las personas que se dedican a estudiar la religión pueden emitir veredictos y contraveredictos que no son vinculantes. Cualquier ulema, y hay miles de ellos y de muy distintas facciones, puede emitir una fatua que será retomada o contradicha por numerosas otras fatuas y contrafatuas.

Según la página web Assabah News, Adel Almi, polémico ulema tunecino muy mediatizado, hizo las siguientes declaraciones: "Amina debe ser azotada 100 veces y, debido a la gravedad de su pecado, la joven merece ser lapidada hasta la muerte." Sin embargo, el propio Almi desmiente haber llegado hasta ese extremo. Sería sorprendente que tomáramos estas declaraciones como una fatua, esto es, un pronunciamiento legal, puesto que Almi no es un juez, ni en la jurisprudencia tradicional islámica se contempla la lapidación o los latigazos por posar desnuda.

Así pues, ni existe fatua alguna, sino supuestas declaraciones misóginas y criminales muy graves, ni tienen peso legal ninguno, ya que en Túnez no existe la pena de muerte. La joven podría incurrir en una pena de seis meses a dos años de cárcel y una multa de 100 a 1000 dinares por "atentado al pudor", tal y como contempla el artículo 226 de la ley penal tunecina. Pero no nos consta que haya habido ninguna denuncia por este delito contra la joven. Seguramente la noticia hubiera sido mucho más productiva si se hubiera centrado en la necesidad de modificar la ley penal sobre este punto.

Lo que estamos viviendo con esta noticia es lo que hemos vivido miles de veces en las manifestaciones en España, por ejemplo: un millón de personas se manifiesta de manera pacífica, pero un grupo quema contenedores de basura y las portadas solo muestran el fuego.

Entender sus palabras como si fuese la voz del islam, lo único que hace es darle alas y poder a los radicales. Es importante conocer y difundir la noticia, pero de manera correcta: "Un ulema declara supuestamente que una joven merece ser lapidada por posar desnuda". Todo lo demás, "Amina morirá lapidada", "Amina condenada a muerte en Túnez" y demás titulares que estamos leyendo, no solo faltan a la verdad, sino que redundan en los estereotipos, alimentan la islamofobia y hacen que perdamos, en el barullo de los gritos y graznidos, las voces de los sectores más moderados e infinitamente más reflexivos. Debemos denunciar la manipulación de los medios de comunicación al servir como correa de transmisión para las expresiones racistas e islamófobas.

Es necesario que desde las comunidades musulmanas de todo el mundo desautoricemos a estos clérigos misóginos y demos nuestro apoyo a las mujeres que sufren todo tipos de violencias. Sin duda, es responsabilidad de todos y todas.

Para más información: www.redmusulmanas.com


 




martes, 19 de marzo de 2013

El lado “B” del informe del PNUD: Chile retrocede en igualdad de género


Del puesto 53 en el año 2010, el país cayó al lugar 66 en 2012, según consta en el reporte.


Por C. Betancourt / S. Lago

Tras la satisfacción generalizada en el gobierno por los buenos resultados que mostraron para Chile los resultados del Indice de Desarrollo Humano dados a conocer el jueves pasado por el PNUD, se encontraba una mala noticia. El mismo informe dio cuenta que en materia de Desigualdad de Género Chile retrocedió en el ranking del puesto 53 que ocupaba en 2010 al 66 en 2012.

Según el informe, la media que sustenta Chile en esta área ha ido más bien en aumento, es decir, poco y nada se retrae.

La evolución de este índice muestra que en 2004 Chile ocupaba el puesto 40 en este ranking, el que mejoró al año siguiente cuando se ubicó en el puesto 38 mientras que en 2006 subió un puesto más hasta el 37. Los años 2007 y 2008 -en que se realizó un sólo estudio- la ubicación cayó al puesto 40. En 2009, en tanto, la posición de Chile empeoró llegando a 41 y en 2010 al lugar 53.

Según consigna el informe del PNUD, la igualdad de género es “una parte esencial del desarrollo humano”. En ese marco, el organismo internacional mide anualmente la pérdida de logros a causa de la desigualdad de género en tres áreas: salud reproductiva, empoderamiento y participación en el mercado laboral.

Así, en función de los datos de 2012 de 148 países, el índice muestra grandes variaciones que abarcan desde las naciones más desarrolladas en este ámbito, como los Países Bajos hasta los de menor desarrollo como Yemen.


Si bien en Chile desde hace varios años se han desarrollado políticas públicas que apuntan a un mayor ingreso de la mujer al mercado laboral; programas de salud contenidas en el Plan Auge; bonos para mujeres de escasos recursos; aumento del post natal a 6 meses, la desigualdad parece estar muy vigente.


Consultado por el contraste de este aspecto frente al liderazgo de Chile en la región en el Indice de Desarrollo Humano, el Servicio Nacional de la Mujer (Sernam) precisó a DF que “no se entiende bien cuál es el cambio en la Tasa de Mortalidad Materna -que considera el informe- ya que Chile tiene muy buenos números en torno a esto y mantiene sus cifras hace años; este factor no debería afectar mucho”.


Agregan que “según el informe de 2010, las mujeres tenían una tasa de participación laboral para el 2008 de un 48.1, una cifra muy elevada para esa época, considerando que recién en 2012 estamos alcanzando el 47.8 como cifra histórica”.


Fuente: Diario Financiero
 

domingo, 17 de marzo de 2013

México: Presentan en la UNAM documental sobre historia del voto de la mujer

“Las sufragistas” es el trabajo de la cineasta Ana Cruz
Realizará UNAM coloquio sobre violencia contra las mujeres
Leonardo Bastida Aguilar

México DF, marzo 17 de 2013.
La República Mexicana llegó muy tarde al reconocimiento de los derechos de las mujeres, incluso en América Latina, con varias décadas de diferencia con respecto a otros países, explicó la documentalista Ana Cruz durante la presentación de su último trabajo fílmico “Las Sufragistas” en el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Cruz, cuya trayectoria incluye varios documentales sobre los derechos de las mexicanas, indicó que a casi 60 años de la aprobación del sufragio femenino por parte del entonces presidente Adolfo Ruiz Cortines, es necesario revisar el tema porque “la historia del voto hace muy tangible la situación de que a las mexicanas no se les da la oportunidad de hacer muchas cosas”.

Para la cineasta, el hecho que en la historia del país sólo haya cinco gobernadoras, una jefa de gobierno del DF, dos ministras de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, así como que sólo una de cada cinco curules en la Cámara de Diputados sean ocupadas por mujeres, demuestra que aún esta lejos el acceso de las mujeres a la vida política nacional.

Por tal motivo consideró que fue necesario implementar el sistema de cuotas de género como una acción afirmatoria y especial, aunque con consecuencias como que a las mujeres que llegaron a cargos públicos por esta vía sean cuestionadas por sus compañeros hombres, al considerar que no accedieron al cargo por mérito propio.

De esta manera, Cruz comentó que esta medida debe ser temporal a fin de que las mujeres adquieran experiencia en cargos políticos, pues la dificultad para llegar a ellos provoca que sean inexpertas, aunque duramente calificadas.

En “Las Sufragistas”, Cruz muestra la experiencia de Eufrosina Cruz, una mujer originaria de una comunidad zapoteca en Oaxaca que no pudo ser electa presidenta municipal de su comunidad porque los votos de las mujeres no contaban. Con este pretexto, la cineasta hace una revisión de la lucha por el voto de las mujeres en el país y las dificultades por las que pasaron decenas de luchadoras sociales por casi cinco décadas.

Por otra parte, el IIJ realizará del Primer Congreso Internacional “Mejores prácticas para erradicar la Violencia contra las Mujeres” del 19 al 21 de marzo próximos en el Hotel Radisson Flamingos con conferencias magistrales de la Magistrada guatemalteca Thelma Esperanza Aldana y la diputada Myrna Ponce de Guatemala. La entrada es libre.

Para mayores informes visite: http://www.juridicas.unam.mx/inst/evacad/eventos/2013/0319/

Las Sufragistas de Ana Cruz se exhibe en la Cineteca Nacional y salas comerciales. Para mayores informes visite www.cinetecanacional.net

Tráiler disponible en:
http://www.notiese.org/videos.php?vd_id=120

Fuente Agencia NotieSe
 

jueves, 14 de marzo de 2013

Chile: Mujeres se jubilarían con un 33% menos que los hombres

Si bien hoy en día las mujeres representan una fuerza laboral importante en Chile, la diferencia de remuneraciones promedio se mantiene y la brecha entre mujeres y hombres puede agudizarse aún más al momento del retiro laboral.


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La expectativa de vida de las mujeres es mayor a la de los hombres Fuente: Universia
Hoy en día, En Chile trabajan casi dos millones de mujeres pero ellas ganan un 17% menos que los hombres
La semana pasada se celebró en el mundo entero el Día Internacional de la Mujer, fecha que conmemora los hitos de la lucha por la igualdad de género. En nuestro país, este no es un tema menor ya que si bien hoy en día en Chile trabajan casi dos millones de mujeres, éstas ganan un 17% menos que los hombres. Además, un reciente estudio indicó que, al momento de jubilarse, percibirán un 33% menos que sus pares masculinos.

Para el especialista en asesoría previsional, Andrés Guerra, este desequilibro no sólo se produce porque las mujeres tienen sueldos más bajos ya que, en muchos casos, ellas dejan de cotizar por períodos prologados para dedicarse a la educación de sus hijos. Además, se pensionan cinco años antes que los hombres y su expectativa de vida es mucho mayor, por lo que el tiempo que tiene que cubrir la pensión es más largo.

Durante el 2012, 53 mil mujeres se jubilaron y, este año, son 35 mil las que ya están en edad de jubilación. Considerando que el promedio de pensión de las mujeres que se jubilaron el año pasado fue de tan sólo $106.623, Guerra planteó la posibilidad de que las mujeres que han tenido varios hijos vuelvan antes a trabajar, aunque sea por medio día.

Asimismo, el experto aseguró que sería ideal que las mujeres dilaten jubilación por algunos años ya que, hoy en día, una mujer de 65 años aún tiene la fuerza y la sabiduría suficiente para desempeñarse en cualquier rubro.

Otra de las propuestas que formula Guerra es la de incentivar fuertemente el ahorro en las mujeres desde una temprana edad. En este sentido, Guerra señaló que quienes opten por ahorrar desde los 26 años obtendrán más dinero por muchos años de capacitación.


Fuente: Universia Chile

domingo, 10 de marzo de 2013

España: Leer era cosa de hombres


Antonia Gutiérrez Bueno, una perfecta desconocida hoy, tumbó en 1837 la prohibición de la Biblioteca Nacional para aceptar investigadoras y lectoras

 Madrid  
Usuarias en la sala de lectura de la Biblioteca Nacional. / CARLOS MONTES (BNE)

Hay que tener una gran confianza para sentarse a un escritorio y, 
en 20 líneas, pedir la luna. Lo nimio —un agente subversivo, bien usado— 
está minusvalorado. En 1955 Rosa Parks, con su empecinamiento 
rebelde para no levantarse de su asiento en un autobús de Alabama,                    dinamitó la segregación racial en Estados Unidos. Un siglo antes, con
su carta de 20 líneas, Antonia Gutiérrez Bueno, cuyo nombre nadie 
recuerda hoy, sepultó para siempre la discriminación de género que la
 Biblioteca Nacional (BNE)  arrastraba desde su fundación en 1713.

Hay que tener mucha seguridad para resistir las coacciones sin 
levantarse del asiento o para, una mañana o una tarde de enero de 1837, 
sentarse a escribir al ministro de la Gobernación para reclamar un 
imposible. Es bien probable que Antonia Gutiérrez Bueno creyese 
que si no estiraba la mano no tocaría la luna. Porque eso era 
entonces la Biblioteca Nacional, un lugar tan inaccesible para las 
mujeres como la luna, con la pequeña salvedad de días festivos, 
cuando las damas podían recorrerla en lo que equivaldría a una 
visita guiada de la época. Se mira, pero no se toca.

Cuando se sentó a escribir su carta, Antonia Gutiérrez 
(Madrid, 1781-1874) tenía 56 años, un hijo diplomático y dos 
obras impresas. En 1835 había publicado el primer volumen de 
un Diccionario histórico y biográfico de mugeres (sic) célebres 
y antes, en 1832, un librito con artículos que ella había traducido 
del francés sobre “el cólera-morbo”, donde entre otros 
tratamientos ensayados en Francia figuraban algunos tan 
poco delicados como la aplicación de sanguijuelas en el ano. 
Ambos libros delatan aspectos de su autora: la ambición intelectual 
y el interés por la salud pública, sin duda un tanto extravagantes 
a ojos de otras mujeres decimonónicas. Había vivido en París 
—quizás el Nueva York de la época— hasta la muerte de su 
marido, Antonio Arnau, y había crecido en una casa con libros, 
diccionarios y gramáticas en distintas lenguas, tratados científicos 
y piano. Antonia fue la tercera hija de Mariana Ahoiz y Navarro 
y Pedro Gutiérrez Bueno, un ilustrado que acabaría siendo 
boticario mayor del rey y que acostumbró a sus hijas a pensar
 más allá de los muros domésticos.

“El padre fue un importante hombre de ciencia y Antonia tuvo acceso 
a una formación no habitual”, señala Gema Hernández Carralón, jefa 
del Museo de la BNE y rastreadora de las huellas de la primera 
investigadora que puso sus pies en la institución. “Fue amigo de
 Moratín, que le llamaba Petrus Bonus y que apodó Toinette a 
Antonia”, añade.

Gema Hernández Carralón sospecha —aunque ya nunca podrá 
confirmar o desmentir su hipótesis— que Antonia Gutiérrez utilizó 
el Diccionario como “excusa” para lograr que le franqueasen la 
puerta de la biblioteca. Lo cierto es que nunca publicaría los siguientes 
volúmenes de aquella obra, que firmó con el seudónimo masculino 
de Eugenio Ortazán y Brunet y que dedicó “al bello sexo”. Como 
correspondía a un perfecto caballero.

“Siéndole difícil y aun imposible, a causa de sus circunstancias, 
procurarse los libros que necesita para continuar su obra, la que 
va recibiendo bastante aceptación del público”, solicitaba la escritora 
en la carta de 1837 al ministro, “un permiso para concurrir a la Biblioteca 
Nacional”. La celeridad de la respuesta a su petición no deja de 
sorprender. Un mes después se había cambiado la historia, tal vez 
propiciada por la inusual circunstancia de que España estaba 
gobernada por otra mujer, la reina regente María Cristina, quien ordenó 
que le autorizasen la entrada y la consulta de libros. A ella y a todas 
las mujeres deseosas de acceder a un espacio donde, entonces, 
se custodiaba todo el conocimiento del mundo. “Esta mitad del pueblo
 tiene todavía en España conventos donde encerrarse y no bibliotecas 
donde instruirse”, censuró a propósito del veto machista un consejero 
de la reina, al tiempo que animaba a María Cristina a desterrar “ese 
precepto bárbaro” y abrir todas las bibliotecas públicas a las mujeres. 
Y fue entonces cuando el director de la Biblioteca Nacional, José María Patiño, 
que había canalizado sin remilgos la petición de Antonia Gutiérrez, 
se encogió con desagrado y contraatacó con un escrito, dirigido al secretario 
de Estado de la Gobernación, repleto de pegas (la sala no resultaría 
suficiente “si llegasen a exceder del número de cinco o seis las mujeres 
que pretendiesen aprovecharse de este beneficio”) y reproches (en el 
último año no había recibido “un solo maravedí”).

Una sala de mujeres dispararía los gastos de mobiliario y personal: 
“Sería preciso comprar mesas, un brasero, escribanías y lo necesario 
para que las señoras concurrentes estuviesen con la decencia que 
corresponde”. En definitiva, pide al secretario que “incline el real ánimo 
de Su Majestad” para que limite la autorización a la solicitante o bien que 
dote la medida de presupuesto. A la reina no debió gustarle el tono, 
porque en el siguiente despacho reiteró que admitiesen cuantas mujeres
lo solicitasen, “y en el caso de que afortunadamente el número de estas 
exceda de cinco o seis, lo haga usted presente, manifestando el aumento 
de gasto que sea indispensable”.

En el expediente que se conserva en el archivo de la biblioteca no 
figura el histórico día en que Antonia entró finalmente en una biblioteca 
donde antes que ella había ingresado su obra, se sentó en una sala 
eparada de los lectores masculinos y reclamó todos aquellos libros 
que siempre había deseado consultar. Después de esa fecha no 
publicó más que artículos, algunos en defensa del derecho a la 
educación de las mujeres. Derribó un muro, tocó la luna. En el 
futuro lo harían otras, como Ángela García Rivas, que hace un 
siglo se convirtió en la primera bibliotecaria de una casa que aún 
debió esperar hasta 1990 para ser dirigida por una mujer, Alicia Girón.

Fuente: El Pais


sábado, 9 de marzo de 2013

Chile: El “trabajo sucio” de las mujeres

Acudiendo a análisis obsoletos las autoridades asocian calidad sólo a la existencia de contrato y con ello dan por terminado el debate, no hay más análisis, no se piensan nuevas políticas y nos sumergimos en la burbuja de un supuesto pleno empleo con una tasa de desempleo abierta del 6%. Igual nivel de reflexión se observaba en los gobiernos de la Concertación.

Gonzalo Durán y Marco Kremerman











El actual gobierno se ha colocado la meta de generar 1 millón de empleos de calidad y a la fecha ya ha cumplido el 81,7 % de la mitad de su promesa (se registran 817 mil nuevos empleos en los últimos 34 meses). Sin embargo, la otra mitad de la promesa, la calidad, no ha corrido la misma suerte. Acudiendo a análisis obsoletos las autoridades asocian calidad sólo a la existencia de contrato y con ello dan por terminado el debate, no hay más análisis, no se piensan nuevas políticas y nos sumergimos en la burbuja de un supuesto pleno empleo con una tasa de desempleo abierta del 6 %. Igual nivel de reflexión se observaba en los gobiernos de la Concertación.
No se habla de subempleo, ni de subcontratación, ni de negociación colectiva, desigualdad salarial ni condiciones generales de trabajo.
En este análisis pobre que hace tan mal al país y que omite una serie de factores que convierten al trabajo en Chile en un espacio de precariedad y malestar, las mujeres resultan doblemente perjudicadas, ya que cuando se revisan los datos con detención, se puede observar que, aunque concentran el 54,2 % de los nuevos empleos (442.498 puestos de trabajo), estos poseen características especiales que son preocupantes y obligan a realizar un análisis más profundo.
Aunque más mujeres se hayan incorporado al mundo del trabajo remunerado, su situación sigue siendo muy precaria. Hay que considerar que estos nuevos empleos pueden evaporarse rápidamente cuando venga la fase recesiva del ciclo o la época de las vacas flacas, pues no son robustos y no han ido de la mano de un cambio en la estructura productiva, discusión que Chile no ha tenido en los últimos 40 años.
En cuanto a la película (la evolución en el tiempo) de los nuevos empleos que la Nueva Encuesta de Empleo nos permite ver desde comienzos del 2010, se puede decir lo siguiente:
1)   El 33,3 % de los nuevos empleos femeninos corresponde a trabajo por cuenta propia (de pocas horas a la semana y de muy baja calificación), personal de servicio doméstico, familiar no remunerado y unas pocas empleadoras de microempresas.
2)   El 47,8 % de los nuevos empleos corresponde a empleo asalariado “tercerizado”, vale decir, subcontratación, suministro de trabajadores y enganche, que en promedio ganan un 22 % menos que un contratado directo (ajustando por todos los controles). De esta forma la presencia del trabajo tercerizado entre el total de mujeres asalariadas en el país, subió de un 7,7 % a comienzos del 2010 a un 17 % en el trimestre noviembre 2012-enero 2013.
3)   Sólo 18,9 % de los nuevos empleos femeninos corresponde a empleo asalariado contratado directamente por la empresa, el cual podría tener mayores probabilidades de concentrar mejores salarios y espacios para el despliegue de nuestros famélicos derechos colectivos (sindicato, negociación colectiva a nivel de empresa, derecho a huelga con reemplazo). En el caso de los nuevos empleos masculinos, el 55,7 % corresponde a empleo asalariado directo, vale decir, el triple que las mujeres.

MujeresNDE

4)   Finalmente, es importante destacar que 3 de cada 4 nuevos empleos femeninos se concentran en los sectores de Comercio y Servicios, que suelen presentar bajos salarios y extenuantes jornadas, replicando la distribución sexual del trabajo que arrastra por décadas la matriz productiva chilena y que ubica a las mujeres en los sectores de mayor precariedad.
En relación a la foto (el estado actual) del empleo femenino, se puede constatar que:
1)   Hoy en Chile se registran 348.680 mujeres subempleadas que en promedio trabajan 3,3 horas al día (16,6 horas a la semana suponiendo que trabajan 5 días por semana), quieren trabajar más horas para obtener un mejor salario, pero la economía no le proporciona un empleo con estas características. No escogieron trabajar menos horas, sino que no encontraron otro tipo de trabajo, aunque lo necesitan con urgencia para “parar la olla”. Según la OIT, subempleo es signo de precariedad, pero en Chile no queremos hablar de esto, porque nos incomoda.
Según la última Encuesta Suplementaria de Ingresos del INE (NESI 2011) el 50 % de las mujeres chilenas subempleadas tiene un salario menor a $ 70.000.
Por ello, tal como se hace en otros países del mundo y como recomiendan los organismos internacionales, la tasa de desempleo debe ajustarse por subempleo y por desempleo oculto (personas que aparecen como inactivas, porque se desalentaron y dejaron de buscar trabajo, pero que en estricto rigor si le ofrecen un empleo, lo aceptan inmediatamente). Aquí la tasa de desempleo femenino pasa de 7,3 % a 13,7 %, mientras la desocupación entre los hombres sube de 5,1 % a 8,6 %, un salto mucho menor.
2)   Según la NESI 2011, el 50 % de las mujeres chilenas que trabajan y reciben remuneración gana menos de $201.354, dos de cada tres mujeres gana menos de 2 Salarios Mínimos y sólo el 4,9 % gana más de $ 880.000 (10,8 % en el caso de los hombres).
3)   523.363 mujeres asalariadas (lo que equivale al 22,2 %) no tienen un contrato de trabajo, a pesar de que deben cumplir horario y órdenes.
4)   Sólo el 44,2 % de las mujeres asalariadas entre 15 y 29 años tienen un contrato indefinido con cotizaciones.
En resumen, aunque más mujeres se hayan incorporado al mundo del trabajo remunerado, su situación sigue siendo muy precaria. Hay que considerar que estos nuevos empleos pueden evaporarse rápidamente cuando venga la fase recesiva del ciclo o la época de las vacas flacas, pues no son robustos y no han ido de la mano de un cambio en la estructura productiva, discusión que Chile no ha tenido en los últimos 40 años.
Por tanto, por respeto a las trabajadoras (remuneradas y no remuneradas) de nuestro país, muchas de ellas principal sustento de su hogar, en el Día Internacional de la Mujer, no hay motivos para celebrar. Más aún, cuando las mujeres están haciendo el trabajo sucio que sustenta el crecimiento de la economía chilena.

Fuente: El Mostrador

jueves, 7 de marzo de 2013

One Woman: A song for UN Women




Célebres cantantes y músicos procedentes de todo el mundo, desde China a Costa Rica, desde Malí a Malasia, mujeres y hombres, se han reunido para divulgar un mensaje de unidad y solidaridad: somos “One Woman”, una sola mujer. 

Esta canción, que se presentará en el Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo de 2013, es un clamor que inspira a quien la escucha, y que anima a promover los derechos de las mujeres y la igualdad de género. “One Woman” se escribió para ONU Mujeres, la organización internacional defensora de las mujeres y niñas de todo el mundo, para reconocer su visión y trabajo a favor de la mejora de las vidas de las mujeres en todo el mundo.

Este año, el Día Internacional de la Mujer se centra en poner fin a la violencia contra las mujeres, una flagrante violación de los derechos humanos que afecta a siete de cada 10 mujeres y una de las prioridades fundamentales de ONU Mujeres. Mientras las celebraciones se preparan ya en todos los rincones del planeta, “One Woman” nos recuerda que si todas y todos nos unimos podemos superar la violencia y la discriminación. Como dice la canción, “We Shall Shine!”, nos espera un futuro radiante. Únete para ayudar a difundir este mensaje y disfrutar de esta celebración musical de las mujeres de todo el mundo.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Mujeres luchan por un espacio político en el Pacífico

Por Catherine Wilson


Fiame Naomi Mata'afa, parlamentaria de Samoa.

Crédito: Catherine Wilson/IPS.

SYDNEY, mar (IPS) - El desafío de lograr la equidad de género en los países insulares del océano Pacífico es enorme para las mujeres, quienes solo ocupan tres por ciento de los escaños parlamentarios. Esto está muy por debajo del 20 por ciento de África subsahariana y del 18,5 por ciento de Asia sudoriental.

Tras el primer Foro de Mujeres Parlamentarias del Pacífico, organizado por el gobierno australiano en Sydney en febrero, Fiame Naomi Mata'afa, habló con IPS sobre los desafíos de ocupar un cargo político y algunas de las medidas buscadas para enderezar las severas desigualdades. 

Fiame es la legisladora con más años en el parlamento en la región del Pacífico. Ingresó por primera vez a la asamblea legislativa de Samoa en 1985. Ese país de la Polinesia fue el primero de la región en obtener su independencia, en 1962. 

Ella es una "matai" (o gran jefe o jefa), al igual que su padre Fiame Mata'afa Faumuina Mulinu'u II, el primero en ocupar el cargo de primer ministro de Samoa. 

Además de representar al electorado de Lotofaga, en el distrito de Atua en la isla más populosa, Upolu, Fiame fue ministra de Educación, de Mujeres, y de Desarrollo Social y Comunitario, y actualmente está al frente de la cartera de Justicia y Administración de Tribunales. 

Fiame estuvo entre las 40 parlamentarias de las islas del Pacífico y Australia que participaron en la primera consulta regional del Programa de Mujeres Parlamentarias del Pacífico. 

Otras figuras destacadas fueron Selina Napa, de la oposición en Islas Cook, Delilah Gore y Julie Soso Akeke, de Papúa Nueva Guinea. 

Parte del objetivo de la iniciativa "Mujeres del Pacífico diseñando el Desarrollo del Pacífico", respaldada por AusAID (agencia australiana para el desarrollo internacional), es aumentar las capacidades y las habilidades profesionales de las dirigentes políticas de la región. 

"Es un buen punto de partida para decir, sí, la gente se toma esto en serio", dijo Fiame a IPS.

"Tenemos bastante claro el tipo de enfoques que se pueden adoptar. Hay un sitio web que puede ayudar con el desarrollo de una red de mujeres que permita el intercambio de información y habilite el contacto directo entre las integrantes, así como la asistencia a la investigación en cuestiones parlamentarias y enfoques políticos", detalló. 

"Nunca te puedes escapar de la capacitación para ser candidata", precisó. "Al principio siempre tienes que observar para identificar a las liderezas, en especial si quieres que sean más, así como las oportunidades de formación que tendrán a su disposición", añadió. 

El tercero de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM 3), sobre la promoción de los derechos de las mujeres, y la Plataforma del Pacífico para la Acción hacia el Avance de las Mujeres y la Equidad de Género promueven el objetivo de que ellas ocupen 30 por ciento de los cargos de decisión. 

En Samoa, las mujeres ocupan 4,1 por ciento de los escaños legislativos, con apenas dos parlamentarias, en Islas Marshall, tres por ciento, en Papúa Nueva Guinea, 2,7 por ciento, y Vanuatú no hay ninguna legisladora. 

Sin embargo, hubo una leve mejora, pues tras las elecciones del año pasado ingresaron tres mujeres al parlamento de Palau, una en Islas Salomón y tres en Papúa Nueva Guinea. 

Hay muchas razones para explicar la persistente disparidad de género en esta región, como la cultura patriarcal tradicional, la histórica influencia de las administraciones coloniales dominadas por hombres, la corrupción y la falta de reformas en los partidos políticos, así como la escasez de recursos económicos y de habilidad para hacer campaña. 

La desigualdad es un problema reconocido por numerosos dirigentes regionales, lo que plantea la duda de por qué se han logrado tan pocos avances. 

"Creo que deriva de las opciones que hacen las mujeres. La política no siempre es percibida de forma positiva", opinó Fiame. "Muchas de ellas sienten que no es su lugar, que no necesariamente les gusta la forma en que se hacen las cosas, por lo que uno se pregunta: '¿por qué no participas y lo cambias?'", añadió. 

En los comicios de Samoa de 2011, hubo nueve mujeres entre los 158 candidatos. 

"El desarrollo económico genera más opciones, pero en los países en desarrollo, los papeles tradicionales de género están muy arraigados", puntualizó. 

"En muchos países del Pacífico, los gobiernos no tienen las condiciones para ocuparse ni ofrecer una protección social para toda la ciudadanía. Entonces, la gente suele considerar que su seguridad se encuentra en las redes sociales y culturales tradicionales", explicó Fiame. 

Al independizarse, la ciudadanía de Samoa decidió por referendo mantener el "Fa'a matai", el sistema tradicional de gobierno en el que "matais", o jefes elegidos, cargan con la responsabilidad de ocuparse de los asuntos y de las tierras consuetudinarias de las familias extensas. 

"No tenemos una sucesión automática", indicó Fiame. "Cuando el jefe muere, la familia extensa se reúne y decide quién será el sucesor. Es muy democrático, pero también es un proceso político", observó. 

De no haber consenso, el tribunal de Títulos y Tierras arbitra la decisión. 

La Asamblea Legislativa tiene 49 escaños, de los cuales 47 están reservados para los y las "matais" y dos para los representantes de las otras comunidades que tiene ese país insular. 

"En el contexto de Samoa, las mujeres tienen derecho a ser jefas", remarcó. 

Aunque las mujeres constituyen 48 por ciento de la población, el censo de 2011 mostró que 89 por ciento de los "matais" eran hombres y 11 por ciento mujeres. 

En cambio, se logró la equidad de género en todos los niveles de enseñanza. 

La educación como forma de cambiar actitudes culturales y sociales y conseguir más votos para las legisladoras es un objetivo de largo plazo en la región. Pero medidas especiales temporales, como un sistema de cuotas y escaños reservados, pueden marcar la diferencia, aun cuando las propias mujeres tienen opiniones encontradas al respecto. 

"Si hablas con las mujeres que ingresaron al parlamento, la mayoría te dirán que no están a favor de las medidas temporales", indicó Fiame. "Pero puedo tener perspectiva y decir que sí se necesitan, porque si algo no sucede, debes tener la voluntad para hacer que pase", arguyó. 

El año pasado se presentó una reforma constitucional al parlamento de Samoa para otorgar 10 por ciento de los escaños a las mujeres, lo que equivale a reservarles cinco asientos. 

El proyecto "está en la segunda lectura y, con suerte, se discutirá en la próxima sesión", indicó. Pero reconoció que uno de los asuntos delicados radica en los intereses políticos de sus compañeros varones ante la posible competencia femenina en su electorado. 

No obstante, Fiame realmente cree que es necesario que comience un diálogo serio sobre mujeres y gobernanza en el país para desafiar a la mentalidad tradicional. 

Mientras, habrá que ver qué pasa en las elecciones nacionales este año en Nauru y en los Estados Federados de Micronesia, así como los avances en Fiyi hacia unos comicios democráticos en 2014, todas naciones sin mujeres en los círculos de poder. 

Fuente: IPS