Por Ana María Portugal
La historia del Día Internacional de Acción por la Salud de la Mujer que se celebra hoy, se remonta al V Encuentro Internacional de Mujer y Salud realizado en San José, Costa Rica, en mayo de 1987.
En una de las actividades previas a este evento, el taller sobre Problemas y Estrategias para el Manejo del Embarazo Indeseado en América Latina, organizado por la Fundación Sí Mujer, de Cali, la Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe propone la creación de un Día de Acción Internacional por la Salud de la Mujer.
A su vez, el grupo de mujeres de Japón Soshiren sugiere el 28 de mayo como el día de la campaña por ser justamente la fecha en que estaban reunidas.
Fecha emblemática, indudablemente, porque fue el 28 de mayo de 1984 cuando 70 activistas de América Latina y el Caribe se reunieron en Tenza, Colombia, para participar en la I Reunión Regional Mujer y Salud, donde además, acordaron, crear la Red de Salud de las Mujeres de América Latina y el Caribe, bajo la coordinación de Isis Internacional.
Luego de finalizado el V Encuentro, la Red Mundial de Mujeres por los Derechos Reproductivos convoca a una jornada de trabajo donde un numeroso grupo de activistas de América Latina, Asia, África, Europa y Estados Unidos retoma la idea de la Red de Salud y acuerda crear el Día de Acción Internacional por la Salud de la Mujer, cuyo eje central gira en torno a la mortalidad materna.
De esta manera se unen las voluntades, pues ambas redes asumen el compromiso de coordinar esta fecha, difunde Mujereshoy.
Así, quedó instituida una fecha que en los primeros tres años de trabajo tuvo como eje central la Campaña contra la Mortalidad Materna.
El primer Llamado a la Acción de 1987, pedía a las mujeres participar activamente para impedir la mortalidad materna. "Necesitamos empezar a crear una conciencia mundial acerca del por qué están muriendo las mujeres, primero en nuestros propios grupos y luego en la comunidad, a través de la educación y utilizando todos los medios de comunicación e información a nuestro alcance".
En aquellos días, las activistas de las dos redes que coordinaron la Campaña, la Red Mundial de Mujeres por los Derechos Reproductivos y la Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe, declararon que la Organización Mundial de la Salud había calculado que al menos 500 mil mujeres morían anualmente por causas relacionadas con el embarazo y el parto.
Uniendo voluntades
La Campaña contra la Mortalidad Materna tuvo su carta de presentación el 28 de mayo de 1988, y fue, sin lugar a dudas, el primer paso que marcó el desarrollo del movimiento internacional de salud de las mujeres.
Desde que en 1979 tuviera lugar el Día de Acción Internacional convocado por un colectivo feminista en Londres, que se llamó Campaña Internacional a favor del Aborto, por el Acceso a los Anticonceptivos y contra la Esterilización Forzada, el movimiento no había vuelto a tener un protagonismo parecido hasta esta convocatoria.
La mortalidad materna se consideró un tema estratégico porque era la primera vez que este problema era abordado desde el punto de vista del feminismo.
Varios meses después, la Red de Salud tomó contacto con la Red Mundial con sede en Amsterdam, para concretar la manera de llevar a cabo la campaña. En febrero de 1988, ambas redes se reúnen en Holanda, en largas jornadas de trabajo, donde participa un grupo pequeño de activistas de Asia, África y América Latina, que discute las acciones y la edición de una publicación especial en inglés y en español.
Fueron quince días de intenso trabajo donde las participantes compartieron ideas y experiencias alrededor de cómo implementar la campaña en sus respectivos países, además de producir artículos y noticias para la publicación, cuya traducción al español fue realizada por la Red de Salud desde su oficina en Santiago de Chile.
Por los informes recibidos en ese primer año del Día de Acción Internacional, supimos que más de 100 organizaciones de mujeres de 45 países participaron en la campaña.
Una mirada retrospectiva de los primeros años de la Campaña contra la mortalidad materna lleva a constatar su sentido estratégico, ya que recoge la preocupación por la falta de efectivas políticas sanitarias para que el embarazo y el parto fueran eventos seguros, y a la vez pone de manifiesto el interés político de las activistas por iniciar una discusión sobre el aborto vinculándolo a las muertes maternas.
Ambas preocupaciones se enlazaron sin problemas. Marge Berer, feminista histórica, y una de las principales protagonistas de esta campaña, dijo alguna vez que este enlace "probablemente hizo posible que en los años 90 fuera aceptada una agenda más amplia de derechos y salud reproductiva, tanto a nivel del movimiento de salud de las mujeres como entre los profesionales del área de salud y los planificadores".
Recordó también que nunca le había dejado de sorprender "el hecho de que, al mismo tiempo, la Organización Mundial de la Salud llevó a cabo su primer encuentro sobre mortalidad materna en 1987, en Nairobi, donde fue lanzada la Campaña por una Maternidad sin Riesgos. Ni esta organización ni nosotras, las integrantes del movimiento de salud de las mujeres, tuvimos conocimiento hasta 1988 de este hecho".
Tanto para ella, como para muchas de las activistas latinoamericanas, la Campaña contra la Mortalidad Materna, ayudó a que el trabajo desarrollado en los últimos 17 años por las diversas organizaciones y redes nacionales y regionales por la salud de las mujeres sea considerado respetable y que haya influido en las conferencias internacionales de Naciones Unidas, como por ejemplo en la III Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (El Cairo, 1994).
Proceso inevitable
En 1996, la Red Mundial de Mujeres por los Derechos Reproductivos plantea realizar una evaluación de los efectos del Día Internacional de Acción, y al mismo tiempo, revisar la agenda de la Campaña para adecuarla a las nuevas problemáticas surgidas durante esa década.
La reunión se realiza en Cuenca, Ecuador, bajo la coordinación de esta Red, con el apoyo y participación de la Red de Salud, y en ella, las asistentes acordaron impulsar en la región la Campaña por el Ejercicio de los Derechos Sexuales y Reproductivos, bajo la coordinación de la Red de Salud.
A partir de ese año hasta el presente, las activistas latinoamericanas y caribeñas han realizado diversas actividades vinculadas a esta temática, para reclamar el acceso a una atención de calidad en salud (1997-1998) y acceso a información, educación y servicios de salud sexual y reproductiva para adolescentes (1999-2000).
Durante los años 2001 y 2002, el Llamado a la Acción consideró el lema "Derecho a la Salud. Derecho Ciudadano de las Mujeres".
En 2003, la decisión de retomar el tema de la mortalidad materna se basó en la constatación de los pocos avances logrados por los gobiernos en materia de mejorar los servicios de atención para las mujeres embarazadas, ya que el índice de muertes maternas no ha disminuido como se esperaba.
El Llamado a la Acción llevó el lema "Mortalidad Materna, un asunto de derechos humanos, una demanda de justicia social". Este año, el lema de la Campaña es "Por la salud integral y los derechos de las mujeres. Cairo+10. Ni un paso atrás".
La referencia a Cairo+10 es porque se cumplen 10 años de la celebración de la III Conferencia sobre Población y Desarrollo de Naciones Unidas que tuvo lugar en El Cairo, Egipto, y donde el movimiento internacional de salud de las mujeres logró que dentro del Programa de Acción de esta Conferencia se reconocieran los derechos reproductivos como derechos humanos.
Es decir que todas las mujeres pueden decidir libre y responsablemente el número de hijas e hijos, cuándo tenerlos o no tenerlos, y a disponer de la información y medios para poder ejercerlos. El Programa de Acción, llamado también Consenso de El Cairo, fue aprobado por 179 países, que se comprometieron a adoptar políticas para su cumplimiento.
Este es un momento clave para evaluar cuánto de lo prometido por los gobiernos se ha cumplido en relación a los derechos de las mujeres. De manera que la Campaña 2004 tiene como objetivo exigir a los gobiernos que ratifiquen este documento y asegurar su cumplimiento.
La institucionalización del 28 de mayo, como el 8 de marzo (Día Internacional de la Mujer) y el 25 de Noviembre (Día Internacional Por la No Violencia Contra las Mujeres), muestra el poder de convocatoria de los movimientos y redes feministas en todo el mundo.
Fuente: Cimac
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