Uno de los hechos más interesantes de las próximas elecciones para la renovación del Parlamento cubano, el 3 de febrero venidero, será sin dudas la muy alta presencia de la mujer en el máximo órgano de poder estatal en la Mayor de las Antillas.
Los pronósticos indican que serán electas las 299 mujeres propuestas como para ocupar escaños como diputadas en la Asamblea Nacional del Poder Popular en Cuba, lo cual representaría el 48 coma 86 por ciento del total de asambleístas de la próxima legislatura –612–para un mandato de cinco años.
Serán 33 diputadas más que en la legislatura que concluirá su mandato el 24 de febrero próximo, el cual ya reunía a una importante representación femenina.
Para que se tenga una idea de lo que representa esta alta presencia de la mujer en el Parlamento cubano, digamos que en el mundo es la región de los Países Nórdicos la que con 42 por ciento tiene una mayor presencia parlamentaria, según el Mapa Mundial de la Mujer en la Política 2012, presentado en la ONU en marzo pasado por la Unión Parlamentaria Mundial.
Cuba tiene casi 7 por ciento más mujeres parlamentarias que los Países Nórdicos, y 27 por ciento más que el conjunto de América Latina y el Caribe, en un mundo donde las féminas ocupan menos de la quinta parte en los Congresos nacionales.
Cuba sobrepasó con creces la meta fijada por la ONU hace dos décadas en la Cuarta Conferencia de la Mujer celebrada en Pekín, cuando la máxima organización internacional propuso para el año 2000 que el 30 por ciento de los escaños en los Parlamentos fueran ocupados por mujeres.
Y es que en Cuba se produjo con la mujer una verdadera revolución a partir del primero de enero de 1959, y en el proceso por la igualdad de género desempeñó un importante papel la labor de la Federación de Mujeres Cubanas, fundada y presidida hasta su fallecimiento por la heroína Vilma Espín, quien sembró semillas perdurables en la sociedad cubana.
Y en la obra revolucionaria está también presente el pensamiento del Apóstol de la independencia cubana, José Martí, quien entre sus múltiples enseñanzas y advertencias indicó que “las campañas de los pueblos sólo son débiles, cuando en ellas no se alista el corazón de la mujer”.
En Cuba, donde desde hace más de medio siglo existe plena igualdad de derechos para la mujer y el hombre, el Parlamento es el reflejo de un sistema político democrático y participacipativo que ha ido perfeccionándose a tono con el paso de los tiempos, aunque algunos, especialmente en el Norte, se resistan a reconocerlo.
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