Xavier Colás | Moscú
Las tres 'mártires' del grupo punk-feminista ruso Pussy Riot encarceladas desde marzo no tienen nada contra Dios, pero sí contra el presidente Vladimir Putin.
"No quisimos ofender a nadie, admitimos nuestra culpa política pero no la culpabilidad legal". Es el alegato de una de las tres acusadas en la vista de hoy.
Están encausadas por dar un concierto sorpresa contra Putin dentro del templo ortodoxo más importante de Moscú. "No somos enemigas de los cristianos, nuestros motivos son exclusivamente políticos", añadieron desde el interior de la jaula acristalada en la que han comparecido en un juicio emitido en directo. Las tres se han declarado no culpables aunque están dispuestas a disculparse ante los creyentes que se sientan ofendidos.
Nadezhda Tolokonnikova, Yekaterina Samutsevich y María Aliojina, están acusadas de gamberrismo y de atentar contra los valores tradicionales de la Iglesia Ortodoxa Rusa.
A la puerta del tribunal esperaba una nutrida tribu de seguidores, algunos vestidos con los característicos pasamontañas de colores que suele llevar este grupo, cinco de cuyas integrantes irrumpieron el 21 de febrero en el altar del principal templo ortodoxo ruso.
Una vez allí, y para pasmo de los presentes, las mujeres se desprendieron de varias de sus prendas y comenzaron a tocar la guitarra eléctrica, a cantar y a bailar en ropa interior.
"Solo queremos que Rusia cambie para mejor", dijo Tolokonikova, a quien las autoridades han denegados varias veces el derecho a ver a su hija pequeña.
Según el alegato inicial leído por su abogado, la protesta de las Pussy Riot pretendía denunciar el apoyo de la Iglesia Ortodoxa rusa al presidente Vladimir Putin.
Siete años por gamberrismo
"Madre de Dios, echa a Putin", decía la canción, que es un éxito en YouTube, en la que se acusaba al patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Kiril, de creer en el presidente de Rusia, y no en Dios.
La Iglesia reaccionó pidiendo un severo castigo contra las mujeres, mientras que las organizaciones de derechos humanos piden evitar un castigo desproporcionado de siete años de cárcel y critican a sumisión de los tribunales al Kremlin. En todo caso, su encarcelamiento las ha hecho famosas en todo el mundo.
Estas tres integrantes del grupo fueron detenidas mientras que las otras dos no pudieron ser identificadas. En su declaración Aliojina, otra de las acusadas, ha dicho: "Yo pensaba que la Iglesia quería a todos sus hijos, pero parece que solo ama los que quieren a Putin".
Fuente: http://www.elmundo.es
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