En el contexto del Día Internacional en Apoyo a la Víctimas de la Tortura, Amnistía Internacional (AI) presentó un informe titulado “Torturadas por lo que son, torturadas por lo que hacen”, a propósito de que las mujeres y las niñas, además de las minorías sexuales, son las personas más torturadas del planeta.
Se cree que la tortura remite solo a periodos de guerra y conflicto, sin embargo, este texto deja en evidencia que en tiempos de paz, mujeres y niñas sufren torturas solo por el hecho de ser mujeres y de forma degradante e inhumana. La mutilación genital, el matrimonio forzoso o la esterilización obligada, son sólo algunas de las tantas vejaciones a las mujeres son sometidas.
A lo anterior, se suma la prohibición de realizarse abortos legales después de una violación. “Prohibir totalmente el aborto constituye una violación de los derechos humanos de mujeres y niñas, incluido el derecho a no sufrir tortura o trato cruel, inhumano o degradante”, indica.
A propósito de lo mismo y de los derechos sexuales y reproductivos de la mujer, el Comité Contra la Tortura de la ONU ha indicado que la discriminación contra las mujeres, queda de manifiesto por “los ordenamientos jurídicos internos que restringen rigurosamente el acceso al aborto voluntario en los casos de violación”. También ha condenado la práctica de intentar hacer confesar a una mujer como condición para que reciba un tratamiento médico que podría salvar su vida después de un aborto, según informa el documento de AI.
No solo son torturadas aquellas mujeres consideradas impuras en ciertas culturas, sino que también, son maltratadas aquellas que por pensar distinto, tener militancias políticas adversas a los regímenes dominantes, o ser líderes de opinión muy “subversivas”, corren peligro.
En el informe, se muestran casos y testimonios reales en los que mujeres cuentan cómo fueron torturadas y abusadas bajo circunstancias verdaderamente insólitas. Este es el caso de una joven en Bahréin donde el gobierno continúa reprimiendo la libertad de expresión en el país.
“Aayat Alqormozi, estudiante que había recitado poemas durante las protestas de febrero de 2011, fue detenida cuando se presentó ante las autoridades el 30 de marzo del mismo año…Pasó los primeros 15 días recluida en régimen de incomunicación, y, según contó, durante ese tiempo le propinaron patadas y puñetazos, le aplicaron descargas eléctricas en el rostro, la obligaron a permanecer de pie durante horas, la insultaron y amenazaron con violarla”.
Si bien, la mayoría de las torturas son realizadas en países del Oriente Medio, Occidente, tampoco se queda fuera de estas aberraciones. Tal como detalla Amnistía Internacional, el estado mexicano ha sido cómplice de las múltiples torturas que ocurren en dicho país, ya que ha hecho caso omiso a los diversos informes sobre violaciones graves de los derechos humanos.
Tal como se relata en el informe, “En febrero de 2011, una mujer fue detenida arbitrariamente en Ensenada, Baja California, y, según informes, fue torturada por miembros del ejército en un cuartel militar de Tijuana mientras era interrogada por un fiscal federal civil. La detenida fue sometida a agresiones, semiasfixia, posturas en tensión y amenazas para obligarla a firmar una confesión…” No obstante, después de estar 80 días presa, fue dejada en libertad y no le hicieron valer ninguno de sus derechos ni acusaciones.
Finalmente, organismos como estos, hacen un llamado a los diferentes estados a no fomentar leyes que puedan ser discriminatorias para las mujeres, niñas y minorías sexuales.
Fuente: http://vidayestilo.terra.cl
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